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En este texto encontrarás los fundamentos científicos detrás de Ecan

Introducción

La nutrición funcional en perros ha ganado relevancia debido a su impacto en la salud y el bienestar general. El diseño de nutracéuticos funcionales requiere una base científica sólida, que involucre la selección de ingredientes con beneficios específicos y una comprensión de sus interacciones. Esta revisión bibliográfica aborda la evidencia científica en torno a varios componentes clave para el desarrollo de un nutracéutico canino funcional (Ecan), incluyendo cereales integrales, prebióticos, probióticos, estimbióticos (enzimas digestivas), ácidos grasos omega‑3 y aceites esenciales.

Antes de nada, conviene definir qué se considera un pienso funcional y nutracéutico.

Un pienso funcional y nutracéutico es un alimento completo para animales que, además de cubrir sus necesidades nutricionales básicas, incorpora ingredientes con propiedades beneficiosas para la salud. Los componentes funcionales actúan promoviendo el bienestar general y previniendo desequilibrios fisiológicos (como mejorar la digestión, reforzar defensas o proteger articulaciones), mientras que los componentes nutracéuticos aportan compuestos bioactivos naturales con efectos más específicos y terapéuticos, como antioxidantes, antiinflamatorios o prebióticos, ayudando a mantener o recuperar la salud sin ser considerados medicamentos.

Revisión de la Literatura

Control del Índice Glucémico: Las fuentes de carbohidratos afectan la respuesta glucémica e insulinémica postprandial [1]. El arroz tiende a elevar más los niveles de glucosa en sangre, mientras que el sorgo produce un aumento gradual con niveles medios más bajos, siendo el maíz, el trigo y la cebada intermedios en su efecto [1]. La cebada, además, induce una menor respuesta de insulina [1]. En animales con necesidades energéticas elevadas, una combinación de maíz, arroz y sorgo puede ofrecer energía de rápida asimilación, pero el arroz debe usarse con precaución en animales con problemas de control glucémico [1]. Dietas con bajo índice glucémico y alto contenido en fibra disminuyen los niveles de ácidos grasos libres, asociados a obesidad abdominal y riesgo cardiovascular [2]. Los carbohidratos complejos tienen una velocidad de digestión menor que los simples [2].

Compuestos Polifenólicos Asociados a la Fibra Vegetal: Los compuestos polifenólicos presentes en algunos extractos vegetales presentan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias [3]. Ciertos polifenoles con estructura compleja pueden mejorar la función intestinal al modular la microbiota [4, 5]. En particular, algunos de estos compuestos vegetales pueden influir en la composición y los perfiles metabólicos de la microbiota fecal canina y felina [4]. La inclusión de ingredientes ricos en polifenoles puede modular la respuesta inmune y mejorar la salud gastrointestinal [5]. Se han encontrado efectos beneficiosos en el uso de compuestos que contienen polifenoles ligados a la fibra para mejorar la salud intestinal en perros y gatos [5, 6].

Cereales Integrales y derivados prebióticos: La inclusión coproductos prebióticos como fructooligosacáridos (FOS) y mananoligosacáridos (MOS) puede modificar la microbiota intestinal y mejorar la salud digestiva [7]. Los FOS pueden aumentar la absorción de magnesio y calcio y las poblaciones de Bifidobacteria [7]. Los MOS pueden reducir el pH fecal y la concentración de urea en sangre [7]. La combinación de diferentes prebióticos puede potenciar sus efectos [7]. La degradación de prebióticos de cadena larga es más lenta, lo que permite su llegada a partes más distales del intestino [8]. La elección del tipo de prebiótico es un factor importante en la formulación de una dieta funcional [8]. La inclusión de pulpa de remolacha, celulosa, fibra de maíz, fibra de frutas, salvado de arroz y granos integrales es adecuada para alimentos para mascotas y tiene efectos beneficiosos para mejorar la salud [9].

Probióticos: Los probióticos son microorganismos vivos que confieren beneficios para la salud cuando se administran en cantidades adecuadas [10]. Su mecanismo de acción se relaciona con la modulación de la microbiota intestinal [11]. La suplementación con probióticos, como Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp., puede aumentar la abundancia de microbios beneficiosos y suprimir el crecimiento de microorganismos dañinos [12]. La administración temprana de Lactobacillus rhamnosus GG puede reducir los indicadores inmunológicos de la dermatitis atópica y ayudar a normalizar las heces y eliminar quistes de Giardia spp. [12]. El uso de probióticos también puede ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal después del tratamiento con antibióticos [12]. Los probióticos pueden mejorar la respuesta inmunitaria y la homeostasis intestinal [12]. Los estudios muestran que los probióticos pueden ayudar en la prevención o el tratamiento de enfermedades gastrointestinales [11, 13].

Estimbióticos (Enzimas Digestivas): Las enzimas digestivas, como la xilanasa y la proteasa, pueden mejorar la digestibilidad de ingredientes complejos como derivados de cereales integrales. La xilanasa puede minimizar las variaciones en el contenido nutricional y mejorar la digestibilidad de las dietas animales [14]. La combinación de enzimas digestivas con otros componentes bioactivos puede potenciar los beneficios nutricionales y funcionales de la dieta [14]. Se ha demostrado que la xilanasa y la proteasa pueden aumentar la solubilización de polisacáridos no amiláceos y la liberación de nutrientes de distintos coproductos del maíz y el trigo. La administración de enzimas exógenas puede mejorar la digestión de nutrientes [14]. La suplementación de Bacillus subtilis puede mejorar la salud intestinal y la microbiota fecal en perros.

Ácidos Grasos Omega‑3 y su Ratio con Omega‑6: Los ácidos grasos omega‑3, como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), son esenciales para la salud canina. La suplementación con omega‑3 puede mejorar la condición de perros con osteoartritis [15]. También se han observado beneficios dermatológicos, cognitivos y cardiovasculares [15]. El ratio entre omega‑6 y omega‑3 es importante, ya que un desequilibrio puede promover la inflamación [16]. Se ha visto que una proporción específica de EPA a DHA en las dietas afecta la patogénesis de la artritis [17]. Los ácidos grasos omega‑3 también pueden influir en la expresión de genes relacionados con la inflamación [18].

Aceites Esenciales: Los aceites esenciales (EO) son compuestos volátiles con diversas propiedades biológicas [19]. Pueden tener efectos antimicrobianos, antioxidantes y antiinflamatorios, además de contribuir al bienestar general [19, 20]. Algunos estudios sugieren que ciertos EO pueden mejorar la salud intestinal y el metabolismo antioxidante en animales [19]. Por ejemplo, los EO de eucalipto y menta han mostrado actividad antihelmíntica [19]. El EO de Origanum vulgare (OEO) puede mitigar efectos tóxicos en el riñón [19]. Una combinación de EO con flurbiprofeno puede mejorar la estabilización de las membranas celulares [19]. Los aceites esenciales también pueden influir en el comportamiento de los perros [21]. La combinación de aceites esenciales con otros ingredientes funcionales puede potenciar sus efectos [22]. Se ha visto que la suplementación con una mezcla de aceite esencial de orégano y pared celular de levadura mejora la digestibilidad de la dieta y la funcionalidad intestinal en perros [5].

Sinergia entre Componentes
La combinación de estos componentes en un nutracéutico funcional puede generar efectos sinérgicos que potencien los beneficios individuales. Por ejemplo, la combinación de prebióticos y probióticos (simbióticos) puede mejorar la modulación de la microbiota intestinal, promoviendo la salud digestiva e inmunológica [7]. La inclusión de enzimas digestivas puede mejorar la digestibilidad de la dieta, facilitando la absorción de nutrientes y potenciando el efecto de otros componentes, como prebióticos y ácidos grasos omega‑3 [14]. Los ácidos grasos omega‑3 pueden actuar en sinergia con antioxidantes y antiinflamatorios presentes en los extractos de plantas para reducir el estrés oxidativo y la inflamación [17, 18]. La combinación de aceites esenciales con otros ingredientes también puede generar efectos beneficiosos en la salud del animal [22].

Discusión

El diseño de un nutracéutico funcional para perros debe considerar la interacción compleja entre los componentes y sus efectos en la fisiología animal [9, 7]. La elección de la fuente de carbohidratos, prebióticos, probióticos, ácidos grasos omega‑3, aceites esenciales y extractos vegetales, debe basarse en la evidencia científica y en el objetivo terapéutico o preventivo deseado [8]. La calidad de los ingredientes, el procesamiento y la dosis son factores importantes para garantizar la eficacia y seguridad del producto. La investigación continua es fundamental para evaluar los efectos a largo plazo y los beneficios clínicos de los nutracéuticos en diferentes poblaciones de perros [7, 23].

Conclusión

Esta revisión bibliográfica justifica científicamente el diseño de un nutracéutico funcional para perros que incluya una combinación de cereales integrales y subproductos prebióticos, compuestos polifenólicos asociados a la fibra vegetal, probióticos, estimbióticos (enzimas digestivas), ácidos grasos omega‑3 y aceites esenciales. La interacción sinérgica de estos componentes puede mejorar la digestión, la salud intestinal, el control glucémico, la modulación de la respuesta inmunitaria, la salud dermatológica, cognitiva y cardiovascular, la protección contra la osteoartritis y el bienestar general del animal. El desarrollo de productos innovadores basados en la evidencia científica puede contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de los perros.

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